El nivel de competitividad dentro del entorno online crece a pasos agigantados. En la actualidad, tener un sitio web no garantiza la presencia online, es necesario sobresalir frente a los motores de búsqueda y brindar la mejor experiencia de usuario.
En este sentido, cada vez son más los que se apuntan a la idea de contratar un diseñador web que se encargue de optimizar WordPress, si bien es una estrategia correcta, resulta insuficiente cuando el hosting no es el indicado.
Las consecuencias de elegir un mal proveedor de hosting van desde sitios webs lentos, hasta caídas del servidor, por lo que si bien existen infinidad de compañías que ofrecen servicio, el servicio correcto garantiza el óptimo funcionamiento y la seguridad la mayor parte del tiempo.
El hosting limita la disponibilidad
Para cualquier empresa o negocio, el sitio web representa su “cara” en el entorno digital, por ende, es necesario que siempre se encuentre disponible. Los motores de búsqueda y usuarios valoran las páginas que brindan acceso sin importar la hora, el día o lugar.
La falta de accesibilidad es tan dañina como las caídas constantes del servidor. En este sentido, vale la pena buscar empresas que integren servicios especializados, por una parte, se encarguen de ofrecer mantenimiento y optimizar WordPress y por la otra que brinden alojamiento de calidad.
Posicionar requiere buena velocidad de carga
La rapidez con la que cargan las páginas figura entre los factores que más afectan al posicionamiento SEO. Por desgracia, la mayor parte de los propietarios de sitios web prestan atención a ello cuando ya es tarde.
En términos de alojamiento, es igual de perjudicial elegir proveedores que dispongan de un hardware deficiente y obsoleto, como aquellos que excedan la cantidad de clientes en un mismo servidor dedicado, sobre todo, si carece de los recursos necesarios para compartir.
En cualquiera de los escenarios el resultado es el mismo: un hosting que ralentiza el sitio web.
Aun cuando el sitio web reúna los requisitos para aparecer en el ranking de resultados, los usuarios abandonan las páginas que demoran en cargar, retroceden y clican en otro sitio que ofrezca la información solicitada.
Consecuencias de un mal proveedor de hosting
De poco sirve ofrecer un sitio web de diseño atractivo y buen contenido, cuando la elección del hosting lo condena al fracaso. Alrededor del 70% de los usuarios que realizan búsquedas online lo hacen a través de buscadores como Google, la deficiencia en la velocidad de carga genera fallas que afectan la SERP.
Tanto el todopoderoso de Internet como el resto de los motores de búsqueda, penaliza las páginas con mala disponibilidad o velocidad de carga demasiado lenta.
Por otra parte, existe el riesgo de perder el sitio y los archivos. Los proveedores de dudosa reputación suelen suspender el servicio sin previo aviso. Asimismo, son más vulnerables a ciberataques.
Las compañías de hosting de calidad ofrecen copias de seguridad automáticas y periódicas, de esta forma, la restauración del sitio web resulta casi inmediata ante cualquier ataque o hackeo.
Sin quebraderos de cabeza
En definitiva, apostar por alojamiento de calidad supone disponibilidad continua, factor que genera buena impresión –frente a los usuarios y los motores de búsqueda– así como la seguridad de un sitio web activo y capaz de absorber los picos de tráfico sin comprometer la velocidad de carga.
Dentro del entorno online, cada segundo implica perder audiencia. Por mínimo que sea el tiempo de espera, la deficiencia en la velocidad de carga se traduce en ventajas para la competencia.
A la larga, decantarse por el alojamiento más barato sólo conduce a problemas. Los hostings que no se encuentran preparados para recibir miles de visitas terminan colapsando y, por ende, en la inoperatividad de los sitios alojados.